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[Perú] En lucha por el pasaje justo y una educación digna y de calidad

La maravillosa emergencia de secundaria combativa

Fuentes: Rebelión

«Vivan los estudiantes, jardín de nuestra alegría, son aves que no se asustan, de animal ni policía«, Mercedes Sosa   En medio de una inspiradora rebelión popular en Chile, una tendencia a la «recomposición del régimen político en crisis», un escenario electoral «vizcarrizado» (por el cierre del Congreso), la liberación de Keiko, así como de […]

«Vivan los estudiantes, jardín de nuestra alegría, son aves que no se asustan, de animal ni policía«,
Mercedes Sosa

 

En medio de una inspiradora rebelión popular en Chile, una tendencia a la «recomposición del régimen político en crisis», un escenario electoral «vizcarrizado» (por el cierre del Congreso), la liberación de Keiko, así como de una arremetida de paquetazos contra lxs trabajadorxs (para superar la caída del PBI y de la demanda de materia prima), y una ola de luchas sociales aisladas (marcha de miles por el agua, paros judiciales, médicos, maestros, colectiveros, mineros, discapacitados, etc.), se realizó la protesta por la reducción del pasaje estudiantil del Metropolitano, convocado por el movimiento Secundaria Combativa, que tuvo un impacto mediático espectacular y está poniendo con los pelos de punta a la Elite y sus políticos como el alcalde Jorge Muñoz.

Y no es para menos. La corrupción en Perú «hace agua por todos lados». En las obras públicas, la salud, la educación, los peajes, jubilaciones, parafraseando a Gonzales Prada, donde uno pone el dedo salta la pus. Y lo mismo sucede con el cuestionado Contrato de concesión que subscribió la Municipalidad de Lima con las empresas operadoras del Metropolitano (Lima Vías Express, Transvial, Perú Masivo y Perú Bus Internacional).

«…Terminada la ruta principal entre Chorrillos y Naranjal, fueron los propios regidores oficialistas quienes, ante la evidencia, revelaron que la construcción del Metropolitano había costado más de US$ 300 millones, cuando el presupuesto inicial se había fijado en US$ 135 millones…», redactó La República («Metropolitano: los orígenes del caos que hoy padecen 600 mil usuarios en Lima», 10/11/18). Y la maqueta del proyecto de la extensión infraestructural de la Estación Naranjal (Comas) a Chimpu Ocllo (Carabayllo), que debió realizarse hace años, ahora, el alcalde Muñoz, acaba de presentarla con bombos y platillos, pero omitiendo que la inversión inicial, «por arte de magia, pasó de 70 a 200 millones de soles», que saldrán del bolsillo del pueblo.

A esto hay que agregar que el costo de pasaje en Lima es uno de los más caros del continente (S/ 2.48 en Colombia, S/0.84 en Ecuador), a la vez que brinda uno de los peores servicios. Y para colmo, acaban de aumentar el pasaje de los alimentadores en 50 cts. Que sumado al pasaje regular, terminaría costando S/. 3.50, sin respetar la «tarifa técnica ajustada».

«…El ente de control también señala que, en julio y setiembre de 2010, la gestión Castañeda firmó adendas sin sustento. Debido a ellas los operadores dejaron de pagar S/ 124 millones recaudados en exceso, ya que la tarifa cobrada en 2010, 2013, 2014 y 2015 superaba el límite permitido…», (LR, 10/11/18). Y todo esto gracias a las oscuras adendas que ejecutó el ex alcalde y socio de Odebrecht, Luis Castañeda Lossio (quien sigue libre a pesar que por menos otrxs terminaron presos).

Según el ex Contralor de la República, Fuad Khouri, «la corrupción le roba al Perú 17 000 millones de soles al año», redactó el diario La República (05/04/17). Y si esta cifra la multiplicamos tan solo por los últimos 20 años, estamos hablando de S/. 340 000 millones que pudieron servir para desarrollar una industria nacional, dar empleo, vivienda social y una educación y salud de calidad y dignas, para lxs trabajadorxs.

Por su lado, Nelson Shack, el actual Contralor, declaró que, «…En la última década, este sistema ha enviado al sistema de justicia más de 9.500 funcionarios públicos c on indicios de responsabilidad penal, de esa cantidad, solo 78 están presos…», (LR, 28/10/19). ¿Otorongo no come otorongo?

Es por estas y otras razones que el agrupamiento Secundaria Combativa, convocó al plantón del jueves 28N, con la siguiente proclama, «¿Cansado del pésimo servicio del Metropolitano y encima caro? ¡Evádete! ¿Cansada de que te acosen en el metropolitano? ¡Evádete! ¿No te alcanza la plata para pagar? ¡Evádete! ¿Escolar, a tu familia se le dificulta pagar 1,25? ¡Para pagar 50 céntimos todos los escolares! ¡Evádete!», contando con la participación de decenas de activistas, colectivos, estudiantes, sindicatos, feministas, maestrxs y padres de familia, demandando justicia social .

«Y no queremos y no nos da la gana, pagar ese pasaje, que, es una estafa», «el pasaje es un derecho y no un privilegio», «somos estudiantes, no somos delincuentes», «evadir, no pagar, es otra forma de luchar», fueron algunas de las arengas creativas y mariateguistas agitadas por lxs presentes, que a los minutos fueron reprimidos brutalmente (golpeando a menores de edad y trabajadoras), por decenas de policías armados «hasta los dientes» como si estuvieran en una «guerra». Y en efecto, como si la policía solo existiera para reprimir las protestas sociales, cientos de policías acordonaron todas las estaciones del Metropolitano, para boicotear la «evasión» convocada por Secundaria combativa.

Y con sus máscaras artesanales del irreverente Joker, vestidxs con su uniforme escolar y pancartas que cuestionaba la injusticia del pasaje y la educación elitista, intervinieron en los pasillos de la Estación central, generando la atención de cientos de transeúntes y clientes del Metropolitano, institución de transporte, también cuestionada por las coimas de Odebrecht a la línea 1 del Metro cuando Alan García era presidente, («Cómo Odebrecht pactó las coimas del Metro de Lima», IDL, 21/09/17).

Esta cuestión es la que, oportunistamente, no señalan «periodistas» como Christian Hudtwalcker, al señalar que «el Metropolitano es una empresa privada y no pública», como si el servicio no fuera público y el Contrato de Concesión no lo hubiera dado la Municipalidad de Lima.

El movimiento secundario, ha marcado un antes y un después en la historia de la tierra de Micaela Bastidas. Es expresión de un fenómeno social continental, democrático y contestatario que recorre Latinoamérica. Está emergiendo en un escenario muy volátil donde la economía mundial está el borde de la recesión y la Elite se ve obligada a apelar a los planes de ajuste para recuperar su tasa de ganancia. Esta cuestión es consecuencia no solo de la caída de los precios de las materias primas (el grueso de exportaciones latinoamericanas), sino del freno del comercio mundial, del encarecimiento del crédito, la fuga de capitales, y las deudas externas (50% del PBI en Ecuador, 100% del PBI en Argentina, Brasil, etc.), que operan como un mecanismo de opresión y confiscación imperialistas.

Esta crisis es la base para la intensificación de las salidas golpistas y fascistoides como en Bolivia, la guerra comercial chino-yanqui, a la vez que también es el caldo de cultivo para las escaladas bélicas y las rebeliones populares. Y Perú, a pesar de su «peculiaridad informal» (pero con una caída del crecimiento del PBI al 2.5%), tarde o temprano, entrará en la dialéctica de la rebelión que sacude a Puerto Rico, Haití, Chile, Ecuador y Colombia.

A esta cuestión hay que agregar que, en Perú, los secundarixs tienen grandes tradiciones de lucha. Sus vocerxs tienen coraje y una gran determinación. Son una inspiración para las actuales y futuras generaciones de luchadorxs sociales. Se desarrollan utilizando la tecnología de redes sociales siendo «tendencia». «Vivan lxs estudiantes», diría Mercedes Sosa.

Secundaria Combativa, denuncia abusos por parte de las autoridades en los colegios, acoso sexual, la injerencia de la Iglesia en la educación con el movimiento «con mis hijos no te metas», la mercantilización de la educación, el alto costo de la educación para lxs hijxs de lxs trabajadorxs. Y se han vinculado a varias luchas populares como las de lxs ambulantes, contra Tía María, por pensiones justas en los Institutos, etc.

La dinámica de la lucha por el pasaje escolar de 50 cts. está planteando la cuestión de la «educación de calidad y digna». Una de las más paupérrimas del orbe, según el Foro Económico Mundial («Cinco retos que enfrenta la educación en el Perú», Rpp, 30/10/18).

A esto hay que agregar que hay varios colegios en mal estado (https://peru21.pe/peru/cajamarca-pabellones-colegio-derrumban-intensas-lluvias-470424-noticia/), maestros mal pagados, un 43.5% de niñxs con anemia (según el INEI), intoxicación de cientos de alumnxs por el programa estatal Qali Warma y una educación universitaria que no logra ubicarse en el Ranking de las 500 de Shanghái.

El movimiento está militando hace más de un año, aproximadamente, y está articulándose a nivel nacional. Y tiene un potencial de desarrollo extraordinario.

La Elite a «sentido el golpe» y va a tratar, volátilmente, de, por un lado, pedir «diálogo y disculpas», y por otro, de satanizar al movimiento (en el fb del día 02/12/19, lxs vocerxs del Movimiento Estudiantil Secundaria Combativa, ha denunciado que funcionarios de la UGEL están intimidándolxs acusándolxs de «terrorista»; un reportaje de Panorama Tv en su edición del 04/12/19 también apunta a tildarlas de «terroristas»), a la vez que «minimizarlo».

Las «evasiones» así como las marchas, paros, plantones, tomas, etc. son métodos de lucha que forman parte de la creación heroica (diría el Amauta), del movimiento obrero y sus hijxs. Un Plan estratégico, las formas (colores, wiphalas), el fondo (programa que empalme con la lucha obrera/popular mariateguista), el método, tácticas y estrategias proporcionales a la realidad peruana, serán importantes para desarrollarse como un movimiento social masivo y conquistar la victoria.

César Zelada. Director de la revista La Abeja (teoría, análisis y debate).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.