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Perú

Vizcarra: ¿fujimorismo sin Fujimori?

Fuentes: Rebelión

Así como están las cosas (la ciudadanía con rabia por el asilo de García, los escándalos de los congresistas y una izquierda colaboracionista y que divide al movimiento popular convocando a otra jornada de lucha para el 27N, «bloqueando» la del 28N), lo más probable es que el presidente Vizcarra, gane el referéndum del 09 […]

Así como están las cosas (la ciudadanía con rabia por el asilo de García, los escándalos de los congresistas y una izquierda colaboracionista y que divide al movimiento popular convocando a otra jornada de lucha para el 27N, «bloqueando» la del 28N), lo más probable es que el presidente Vizcarra, gane el referéndum del 09 de diciembre (al menos que suceda algo excepcional como un caso grave de corrupción de su entorno).

Entonces, la situación postreferendum, será de «paz y alegría» (por las fiestas de fin de año), para luego pasar a la volatilidad y los conflictos sociales por el alza del costo de vida, la rabia contra los abusivos peajes o el alza del pasaje en el Metropolitano, así como los salarios miserables (y deprimidos que no responden a la inflación), y nuevos escándalos de corrupción (como en el ESSALUD cuya jefa Fiorela Mollinelli está involucrada en el escandalo Chincheros, entre otros), continuarán. Por estas razones, el escritor de «Conversación en la Catedral» a pedido que «apoyen a Vizcarra para que termine su mandato».

Y no es casualidad que lo diga el «garante» (en una entrevista concedida a la connotada periodista Rosa María Palacios aprovechando el Hay Festival en Arequipa), de varios ex presidentes como Toledo y Ollanta (denunciados por el caso Odebrecht, que está dentro del círculo de los «caviares» de la política peruana.

Y es que la clase dominante necesita que el éxito del referéndum sea contundente. En esta perspectiva ve con preocupación el Paro del 28 N (que se les escapó de las manos a la burocracia sindical y a la izquierda reformista de Yalta que apoya al gobierno), y que exige nuevas elecciones y nueva constitución.

La política de Vargas LLosa responde a un Plan orquestado por los Miroquesada, La República, un sector de la Iglesia y las FF.AA., para darle soporte nacional-internacional a la administración Vizcarra, el régimen político capitalista (en su expresión neoliberal), y la defensa de la constitución de 1993.

La izquierda reformista, en su desesperación, acaba de convocar a un Paro para el 27 N (un día antes), con el fin de confundir y descomprimir el Paro del 28N y derrotar independencia política de la clase obrera, los colectivos y movimientos sociales (Aduviri, líder del aymarazo y gobernador virtual de la región Puno, dijo que está en contra del referéndum del gobierno). Es la misma izquierda que apoyo acríticamente a Susana, Ollanta y PPK, con el fin de acumular fuerzas para su propio beneficio como parte de la burocracia estatal.

Estos sectores justifican su política de colaboración con el gobierno diciendo que hay una lucha entre aprofujimoristas y la democracia, pero esconden que, en la práctica, Vizcarra asume el poder conspirando con Keiko Fujimori, los grupos de poder, las FF.AA. y gobierna para estos como sucede con los Miroquesada (que controlan aproximadamente el 80% de la prensa y están involucrados en Lavajato). Por eso aplicó un paquetazo contra el pueblo aumentando el costo de vida de los trabajadores, reprimió varias protestas sociales en la sierra y selva central (así como las protestas contra el Congreso), y permitió el ingreso de más tropas yanquis a nuestra Amazonía.

También justifican su capitulación con la farsa de que el referéndum es un paso camino a la Asamblea Constituyente, pero Vizcarra ya dijo que no va haber adelanto de elecciones (La República, 14/11/18, pág. 10). Y es que el referéndum del gobierno tiene como fin supremo el empoderamiento del régimen semibonapartista de Vizcarra (alineado a los Miroquesada y el poder transnacional yanqui-europeo), el modelo de acumulación de ganancias capitalista y el origen de toda la corrupción neoliberal-capitalista de Lavajato originado en la constitución de 1993.

Entonces, de empoderarse Vizcarra, podríamos tener a un gobierno de corte liberal en las cuestiones políticas, pero conservador en lo económico.

«… La implosión del fujimorismo podría o debería ser una oportunidad propicia para que reaparezca alguna opción derechista que rescate los principios liberales tanto en materia económica como política. Sea a través de su participación en el debate público como de la inserción política en algún partido existente (vemos difícil que surja un partido liberal propiamente dicho), sería deseable que el Perú constituya una alternativa capaz de hacerle frente a los populismos de izquierda y derecha…», son los consejos del periodista y pensador del liberalismo, Carlos Tafur, al mandatario Vizcarra («¿Hora de la derecha liberal?, La República, 18/11/18).

No obstante, no cuestiona para nada la constitución neoliberal de 1993 que es la que permite que haya tantas injusticias y desigualdades sociales (casi la mitad de niños con anemia, por ejemplo). Y esta es la misma constitución que Vizcarra juró defender cuando juro como nuevo presidente.

En otras palabras, «la misma chola, pero con diferente pollera». El fujimorismo sin Fujimori.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.