
[El filósofo marxista de origen libanés Hassan Hamdan (1936-1987; más conocido por el alias Mahdi Amel) publicó este artículo en dos entregas en los números 71 y 72 de la revista Révolution africaine, del 6 y 13 de junio de 1964.]
[El filósofo marxista de origen libanés Hassan Hamdan (1936-1987; más conocido por el alias Mahdi Amel) publicó este artículo en dos entregas en los números 71 y 72 de la revista Révolution africaine, del 6 y 13 de junio de 1964.]
Un manifestante participando en las protestas antirracistas iniciadas tras el asesinato de George Floyd. Créditos: AP Photo/Rafael Yaghobzadeh; tomado de NUSO
Traducción del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez
En los últimos días, fruto de la movilización antirracista internacional resultante de las protestas por el cruel, injusto e inaceptable asesinato de George Floyd por policías en los EUA, a menudo me han hecho esta pregunta en los últimos días.
La joven de 35 años habla de la actualidad de su país, del gobierno de Jair Bolsonaro al que define como un “genocida”, de la discriminación racial, el Movimiento Sin Techo del Centro de San Pablo al que pertenece y de la pandemia. Estuvo 108 días detenida por organizar a quienes toman inmuebles vacíos.
Deberíamos tener la buena costumbre de buscar detrás de las palabras inmigrante, extranjero, mena, irregular o ilegal que tanto usa la derecha y la extrema derecha, que tanto hemos leído y oído en el último mes en esta tierra en una campaña de racismo institucional y mediático y poner caras y nombres, historias y afectos.
Las vidas negras y la liberación negra importan. La revuelta en Estados Unidos ha ayudado a empujar un debate necesario sobre el racismo y el antirracismo en todo el mundo.
El racismo y la discriminación racial son una consecuencia de la aparición del capitalismo y su continuidad en el imperialismo.
En 1935, panafricanistas, comunistas, feligreses y sindicalistas afroamericanos se opusieron a la invasión de Etiopía por Mussolini. Fueron los primeros en ver la conexión entre el imperialismo europeo y la violencia fascista.
El racismo es real y aunque tú no lo reconozcas o percibas está ahí y hiere, y otras veces mata. Decir “yo no soy racista” no basta, porque si tus acciones son contrarias a tu discurso, esto no pasa de ser eso: un discurso, y, como dijo Angela Davis, «en una sociedad racista no basta con no ser racista. Hay que ser antirracista».