La pandemia le sirvió de pretexto a la derecha internacional para denunciar, con discursos y acciones coordinadas, supuestas «amenazas a las libertades individuales», pero solamente por parte de los gobiernos que no les gustan.
Categoría: Mundo
La 13ª Asamblea Nacional Popular de China (o Congreso Nacional del Pueblo chino) se inauguró finalmente en Beijing el 22 de mayo de 2020 con un retraso de dos meses, debido a la pandemia de Covid-19.
A medida en que la Guerra Fría entre China y Estados Unidos se hace más definida, mayor es el riesgo de que de ella pueda saltarse a una guerra caliente.
La nueva ley de seguridad para Hong Kong se ha convertido en uno de los temas estrella de las sesiones parlamentarias anuales chinas.
A lo largo de estas últimas semanas están apareciendo en medios especializados muchas murmuraciones relacionadas con Corea del Norte (República Popular Democrática de Corea, RPDC), sobre el estado de salud de su Líder Supremo, Kim Jong Un y la problemática sobre la continuación de su dinastía en el caso de su fallecimiento, a pesar de su todavía juventud.
El Coronavirus-19 (Covid-19) ha desatado tres crisis en poco tiempo. Lo que comenzó siendo un problema sanitario, identificado en Asia, pronto se plantó ante nuestras mismas narices occidentales.
El último análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el impacto de la COVID-19 en el mercado laboral revela el efecto devastador y desproporcionado que ha tenido la pandemia en los trabajadores jóvenes y analiza las medidas que se están adoptando para crear un entorno seguro de vuelta al trabajo.
La crisis del coronavirus no tiene precedentes. No puede entenderse ni como una crisis sanitaria, ni como una crisis socioeconómica, ni siquiera como una combinación de ambas, sino solo en su realidad de crisis global, al mismo tiempo sanitaria, social, económica y ecológica, es decir sistémica.