
En 1998 Carlos Saúl Menem decretó el 25 de marzo como el “Día del niño por nacer”. Incluso intentó sacar las excepciones legales que permiten desde 1921 la interrupción del embarazo. La sanción de la nueva ley no sólo significa el fin de la cruzada antiabortista. También es el símbolo de un cambio cultural en el que los residuos del menemismo ya no tienen espacio a pesar de que muchos políticos actuales como Daniel Scioli lo añoran en silencio. En PostPeriodismo repasamos esa década para que no pasen nuevamente sus versiones remixadas.