
Prácticamente in extremis respecto al objetivo planteado de su conclusión en 2020, la UE y China lograron suscribir el pacto bilateral de inversiones en medio de críticas y no poco escepticismo.
Prácticamente in extremis respecto al objetivo planteado de su conclusión en 2020, la UE y China lograron suscribir el pacto bilateral de inversiones en medio de críticas y no poco escepticismo.
El gobierno de la India ha hecho público su interés estratégico en el Ártico.
Mientras las facciones de la élite política estadounidense se enfrentan a los últimos días de la presidencia Trump, es inevitable sentir que aflora una sonrisa de ironía.
A Xi Jinping le ha tocado el complejísimo rol de líder de China justo cuando el país se ha convertido en una de las primeras potencias económicas, tecnológicas y militares del mundo, polo de poder político y actor de primera línea en la arena internacional, escenario de aguda competencia entre Estados Unidos, hegemón después de la Segunda Guerra Mundial que paulatinamente pierde protagonismo, y China, Rusia, Irán y otros países emergentes opuestos a la dominación unipolar y defensores del multilateralismo y la multipolaridad.
Taiwán, más incluso que las tensiones en el Mar de China meridional, se ha convertido en un referente muy actual del conflicto sino-estadounidense. A la espera de conocer los contornos de la actitud de la Administración Biden, durante el mandato de Donald Trump, el acercamiento entre Washington y Taipéi ha marcado una diferencia sustancial con respecto a administraciones anteriores desde la normalización de los vínculos diplomáticos (1978).
Desde la organización pronostican que después del período de las vacaciones, «en algunos países la situación empeorará mucho antes de mejorar».
Más de un tercio de la población mundial, unos 2.700 millones de personas, no ha recibido ningún apoyo monetario público para enfrentar los efectos de la covid-19, de acuerdo de con un informe de la coalición contra la pobreza Oxfam.
William J. Perry, secretario de Defensa de EE.UU. con Bill Clinton, cree que los presidentes deberían ser privados de esta autoridad y compartirla con el Congreso.
Mientras que el coronavirus ha concentrado, con toda razón, gran parte de nuestra atención, un reajuste geopolítico fundamental ha estado cobrando forma en el mundo y se hará más claro en este 2021. El reajuste es el comienzo de una segunda Guerra Fría, que esperamos no se convierta en una guerra «caliente».
António Guterres señaló que la pandemia ha tenido «un impacto desproporcionado y terrible en los pobres y desposeídos».