Txente Rekondo | 

Las elecciones previstas para noviembre de 2023, se han celebrado finalmente el pasado día 8. Sin embargo, las dudas, la controversia y el escepticismo se ciernen sobre Pakistán, y parece que, de nuevo, la voluntad popular no será respetada. El gigante asiático afronta una delicada encrucijada.

Guadi Calvo | 

A una semana de las elecciones en Pakistán los resultados ya están claros y son nada más que lo esperado, aunque sí hubo un leve cambio casi insignificante. El próximo primer ministro será Sharif, pero no Nawaz, el hombre de los militares y el establishment, sino su hermano menor, Shehbaz Sharif. (Ver: Pakistán: un precio a pagar.)

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Desde que arrancó la invasión por parte de Rusia, las cinco mayores empresas del sector han batido todos sus récords gracias a la escalada de precios.

El jueves 8 de febrero, a las 18:00 horas del este de Estados Unidos apareció en la red de Tucker Carlson (que opera a través de la plataforma X del plutócrata Elon Musk), la entrevista que el periodista estadunidense le había hecho en el Kremlin, dos días antes, al presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Alfredo Rada | 

Acaba de concluir la “Conferencia de Seguridad de Munich”, un cónclave de los tomadores de decisiones mundiales, en que se exponen los asuntos de seguridad global más importantes en un espacio que trata de lograr concertaciones que eviten o aminoren los conflictos.

El ascenso de la ultraderecha no encuentra techo. A la profundización de la crisis capitalista y la falta de proyecto en la izquierda, se suma el reto de la emergencia climática. Sin cambios radicales, las fórmulas autoritarias ultraliberales irán reemplazando a las democracias.

Pakistán, tras cursar las elecciones legislativas del pasado día 8, de donde emergería el Primer Ministro que gobernará a sus 240 millones de ciudadanos por los próximos cinco años, contra todo lo previsto y programado por los militares, el único poder perenne de la nación islámica, se impusieron los partidarios del ex primer Ministro Imran Khan, derrocado en 2022 y en la prisión de Adiala en Rawalpindi desde pocos días antes del comicio tras ser condenado a 14 años de prisión e inhabilitado, por diez años, para ejercer cargos públicos mientras espera los resultados de los otros cien procesos que se instruyen en su contra (Ver: Pakistán, el retorno de los viejos fantasmas).

Nicolas Boeglin |