Desde el principio condené enérgicamente la invasión de Ucrania por parte de Rusia, pero desde ese momento subrayé que ha habido una fuerte provocación estadunidense para que esto sucediera con el objetivo de debilitar a Rusia y detener a China.
Desde el principio condené enérgicamente la invasión de Ucrania por parte de Rusia, pero desde ese momento subrayé que ha habido una fuerte provocación estadunidense para que esto sucediera con el objetivo de debilitar a Rusia y detener a China.
Un año de guerra entre Rusia y Ucrania – OTAN, ha dejado casi un cuarto de millón de muertos, decenas de miles de heridos, millones de desplazados, ciudades arrasadas y la amenaza de una escalada militar que podría arrastrar a toda Europa, o incluso la posibilidad cada vez más real de un holocausto nuclear de consecuencias mundiales.
No parece avizorarse una pronta salida a la guerra que se libra entre Ucrania (Occidente) y Rusia, cuyo trasfondo repugnamos desde el inicio, y que ahora al cumplirse un año de acciones bélicas está más que claro.
La criminalización de la protesta social se extiende por todo el mundo.
La naturaleza compleja de la guerra en Ucrania, y especialmente de la cuestión de la responsabilidad relativa de las diferentes partes, ha dificultado la movilización de un poderoso movimiento contra la guerra.
El paso de los años no debe impedir el recuerdo de aquellos hechos que marcan, no sólo la vida de los países y sus sociedades, sino también al conjunto de la humanidad. Sobre todo, si aquellos hechos representan la violación de los derechos humanos de hombres, mujeres y niños.
La sorpresiva visita sorpresa del presidente estadounidense Joe Biden a Kiev y su anuncio de 460 millones de dólares más en ayuda militar es una bofetada a Moscú en vísperas del primer aniversario de la invasión a Ucrania.
Traducción-e. Revisada por Luis E. Sabini Fernández
Si el siglo XIX fue largo, desde 1789 hasta 1914, el XX, corto, desde 1914 hasta 1989, el XXI, el llamado “siglo americano”, ha sido un suspiro; desde 1989 hasta el 2022.
Una escalada de la tensión entre China y EEUU podía esperarse hace algún tiempo. Temas como Taiwán, los controles a la exportación de semiconductores de EEUU, el papel de China en Ucrania podía haber sido los desencadenantes de la misma. Sin embargo, una sucesión de globos ha sido la protagonista.