Washington regentea a Ucrania y la expone a una contienda desigual con una superpotencia militar.
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Cuatro crisis marcan las amenazas a la economía global: la inflación ha alcanzado su nivel más alto en una generación en las principales economías, como Estados Unidos, Reino Unido y Europa; subsiste una grave crisis energética, crece la pobreza alimentaria y existe el reto de una emergencia climática.
En el año 2021, los conflictos y las catástrofes naturales obligaron a decenas de millones de personas a huir dentro de su propio país, elevando el número de personas desplazadas internas a una cifra récord, según indicaron observadores el jueves.
¿Es Rusia una potencia imperialista? (III)
Frecuentemente se cataloga a Rusia como un imperialismo en reconstitución.
Estados Unidos y la OTAN muestran la guerra de Ucrania insistiendo en el ataque ruso de febrero de 2022, pero la guerra comenzó hace años, tras el golpe de Estado del Maidán de 2014.
«Estados Unidos ha dado más ayuda militar a Ucrania que a cualquier otro país en las últimas dos décadas, y el doble del coste anual de la guerra de Afganistán, incluso cuando las tropas estadounidenses estaban sobre el terreno»
En esta guerra crucial a escala global, la nación ucraniana está luchando para preservar su independencia, obtenida hace apenas treinta años, después de siglos de opresión y rusificación implacable.
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el mundo conmemora el 9 de mayo la rendición incondicional de las tropas nazis ante los ejércitos aliados en 1945.
La capacidad del sistema capitalista de reconvertirse y ampliar sus fronteras productivas se renueva ante cada crisis, creando propuestas de acción política de los estados a escala global.
En el periodo de la expansión capitalista mundial, la burguesía de los países en los que había sido proclamado el principio de las nacionalidades renuncia a su aplicación.