El ministro de Seguridad de Panamá, José Raúl Mulino, que tanto intenta formar escándalo con un buque norcoreano transportando armas cubanas obsoletas, estudió en Estados Unidos, fue canciller bajo el régimen que instaló Washington después de la invasión y preside ahora a la reintroducción en el país de toda una red de bases militares norteamericanas […]
El ministro de Seguridad de Panamá, José Raúl Mulino, que tanto intenta formar escándalo con un buque norcoreano transportando armas cubanas obsoletas, estudió en Estados Unidos, fue canciller bajo el régimen que instaló Washington después de la invasión y preside ahora a la reintroducción en el país de toda una red de bases militares norteamericanas para el dominio yanqui de la región.
Según expertos, el Gobierno de Panamá fue avisado con mucha antelación de la llegada del Chong Chon Gang y del interés de los servicios norteamericanos de inteligencia de revisar su carga, bajo el pretexto multiuso del «narcotráfico». Cumpliendo con las orientaciones de sus interlocutores norteamericanos, Mulino desencadenó la operación de intercepción, acompañandola del «cacerolazo», garantizado por el mecanismo imperial de desinformación.
En entrevista con RT, el investigador francés Salim Lamrani fue el primero en expresar que el Gobierno de Panamá, «aliado de EEUU», interceptó el barco norcoreano a petición de Washington. «No cabe la menor duda de que los servicios de inteligencia de EE.UU. avisaron a Panamá de que había un buque norcoreano», dijo el experto.
Los archivos enseñan que Mulino estudió en Tulane University, New Orleans, USA, gracias a una beca que le otorgó el régimen militar que luego atacó en nombre de los «derechos humanos», siendo uno de los que más ruidosamente reclamaban la invasión norteamericana.
La Universidad de Tulane es conocida por ser un criadero de agentes de la CIA y es un centro académico en el cual la agencia mantiene personal de reclutamiento. Peor aun: Tulane recibió durante años apoyo financiero de la CIA y del Pentagono para realizar investigaciones sobre el control de la mente.
Un poco de historia. El 20 de diciembre de 1989 el ejército de yanqui invadió Panamá en otra operación «humanitaria» que terminó en masacre. Los panameños se recuerdan como cientos de personas perecieron en el barrio popular de El Chorillo como consecuencia de salvajes bombardeos en los cuales más de 20.000 personas perdieron sus bienes y pertenencias.
Cuando EEUU instala, antes del final de la operación, un nuevo gobierno panameño, Mulino aparece entre los altos funcionarios del régimen títere, como vicecanciller. El juramento del gobierno se hace en la base militar norteamericana de Fuerte Clayton.
Mulino ocupará luego el sillón ministerial de este gobierno que abolirá el ejército nacional a pesar de la oposición de la populación.
PISANDO LOS TRATADOS TORRIJOS-CARTER
Pasaron los años. El viernes 31 de diciembre de 1999, gracias a los tratados Torrijos-Carter, sale el último soldado estadounidense de territorio panameño y se termina oficialmente la existencia de unas 14 bases y sitios de defensa estadounidenses que ocupaban parte del territorio nacional.
Hay que recordarse que el general Torrijos, presidente histórico del país del istmo, había logrado obligar a los Estados Unidos a clausurar la infame Escuela de las Américas, academia militar donde se enseñaba el uso de la tortura y las técnicas de la «guerra sucia» y donde se graduaban todos los dictadores de Latinoamérica.
A pesar de esto, un nuevo tratado firmado con EEUU y dirigido por Mulino sugiere un retorno a la presencia militar estadounidense en suelos y mares panameños.
El acuerdo levanta duras críticas pues planea permitir que EEUU vigile libremente las aguas del Caribe y el Atlántico, lo que le permitiría un control absoluto de los movimientos de barcos, en lugar de realizar lo mismo a través de intermediarios.
«Hay una actitud de ponerse de rodillas del gobierno de Martinelli con los norteamericanos para entregar parte de nuestro territorio», denunció el sindicalista Saúl Méndez.
«Este es un problema grave porque es un gran retroceso a la lucha histórica que el pueblo panameño realizó por años (…) la expulsión de la presencia norteamericana a través de sus bases en el país», añadió Méndez que pertenece a un movimiento obrero para el cual Mulino expresa públicamente su odio y desprecio.
Mulino fue quién implicó Panamá en el conflicto armado de Colombia autorizando al la policía de fronteras a participar en operaciones conjuntas con el ejército colombiano.
Se sospecha que Mulino es detrás de la actuación en Panamá del Mossad, al permitir la presencia en Panamá de empresas de seguridad conformadas por la inteligencia israelí.
Hibrido, Mulino es a la vez miembro de la Asociación Panameña de Derecho Marítimo y de la American Society of Internacional Law.
Mientras esperaba en el muelle la llegada del Chong Chon Gang, Mulino por cierto no dedicó un solo segundo para reflexionar sobre un caso judicial que engavetó febrilmente a su llegada en el ministerio.
Se trata del expediente de Luis Posada Carriles, agente norteamericano condenado en Panamá y indultado ilegalmente por la presidenta Mireya Moscoso.
La liberación del secuestrador, torturador y asesino, Posada fue realizada de forma oculta por el gobierno proyanqui de Mireya Moscoso. La operación, realizada clandestinamente en contacto directo con la embajada norteamericana, fue luego denunciada por ilegal. La administración panameña siguiente planeó pedir la extradición de Posada a EEUU que le da asilo.
La llegada de Mulino puso fin a estas intenciones que molestaban al norte. El ministro tiene otras prioridades asignadas que la extradición del terrorista más peligroso del continente.
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