Comienza 2024 y da la impresión de que el caso Ayotzinapa está muy lejos de ver la luz al final del túnel. Peor aún, la posibilidad de esclarecer la desaparición forzada de 43 estudiantes de la normal Raúl Isidro Burgos parece estar hoy más lejos que hace unos meses.
Categoría: América Latina y Caribe

Chile realizó todas las “reformas” ordenadas por la doxa neoliberal: privatizó el agua, la energía, la Educación, la Salud, la Previsión, concesionó el resto, destruyó la Legislación del Trabajo, o sea la protección social de los trabajadores, facilitó la inversión nacional y extranjera, le vendió las joyas de la familia al peor postor, redujo o simplemente eliminó los impuestos del riquerío y de las grandes corporaciones… para aterrizar donde todo esto aterriza: en la generalización de la corruptela.

Este año 2024 se abre sin grandes ilusiones para el campo popular. Lo que sabemos es que solo su organización y movilización autónomas pueden ser garantes de una verdadera construcción de alternativa popular.
Los trabajadores estatales se movilizaron en todo el país en una nueva Jornada Nacional de Lucha encabezada por ATE contra el ajuste, el desguace y los despidos en distintas áreas del Estado pretendidos a través del mega DNU y la Ley Ómnibus, y por una urgente recomposición salarial.
Muy a pesar de la oposición política judicial grotesca, Bernardo Arévalo, hijo del “revolucionario” expresidente Juan José Arévalo, asumió la presidencia de Guatemala a 70 años de la decapitación de aquella “Revolución Nacional” que su padre emprendió. Lo paradójico es que el gobierno de Arévalo es promovido y patrocinado por el gobierno norteamericano.


El presidente Lula, que no asistirá al Foro de Davos, recordó haberse reunido con la jefa del FMI a quien le dijo «con todo respeto, usted no conoce Brasil» ni su economía.