El asunto que ha generado mayor discusión en el campo de la izquierda en las últimas semanas no es si la invasión rusa de Ucrania se justifica o no. Pocos dicen que sí. La cuestión clave es si el movimiento progresista debe oponerse a la expansión de la OTAN y su amenaza a la seguridad de Rusia al mismo tiempo que denuncia la invasión.