Steve Ellner | 

El asunto que ha generado mayor discusión en el campo de la izquierda en las últimas semanas no es si la invasión rusa de Ucrania se justifica o no. Pocos dicen que sí. La cuestión clave es si el movimiento progresista debe oponerse a la expansión de la OTAN y su amenaza a la seguridad de Rusia al mismo tiempo que denuncia la invasión.

La sucesión del Dáesh

La contraofensiva rusa en Ucrania sigue alejando a los Estados Unidos y la OTAN de sus fronteras mientras la confusa y engañosa campaña mediática de Occidente, junto a las extorsiones económicas, parecen ser las únicas respuestas de un Joe Biden cada vez más jaqueado por sus propias torpezas, al punto que el retorno de los Republicanos, quizás antes del fin de su mandato, parece inevitable

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Conductores de camión informan que los soldados exigen sobornos en los estados Shan y Kayah, en el sur del país

Dos horas de conversaciones con Xi Jinping no fueron suficientes para que Joe Biden convenciera a Pekín de que debía desempeñar un papel mediador en el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Guerra en Ucrania

La guerra en Ucrania abre la caja de los truenos de la tormenta perfecta y provoca la mutación de la agenda política del capitalismo verde y digital en una versión más belicista y autoritaria.

La cosmovisión miope y fascista de la elite burocrática norteamericana detrás de la brutal agresión a Ucrania.

Los peligros son múltiples; las consecuencias gravísimas.

Entrevista a Claudio Katz de Economistas de Izquierda (EDI)

Creo que esta responsabilidad primaria de la OTAN no justifica en lo más mínimo la incursión de Putin. No fue una acción defensiva frente a un peligro inminente. Rusia no tiene ningún derecho a invadir otro país, rodear sus ciudades o cambiar sus gobiernos.

Una exposición sintética

La batalla de la propaganda (el relato) juega un papel fundamental para obtener el apoyo de las poblaciones.