Una vez más la centralidad geográfica de Pakistán ha puesto al país de 220 millones de habitantes en una circunstancia que podría derivar en una guerra civil. En el actual juego geoestratégico, como ha pasado desde tiempos inmemoriales en esa región, que además abarca Afganistán, China, India e Irán, una crisis de proporciones no solo afectará a los países fronterizos, sino que se corre el riesgo de que una fortuita guerra se expanda más allá de sus fronteras.