
El 7 de diciembre se cumplió un año de la vacancia de Pedro Castillo por “sedición” (cuestión que apoyó la mayoría de la “izquierda progresista”). La defenestración del exmandatario se convirtió en el detonante que impulsó una inusual e impresionante movilización callejera provinciana contra lo que consideran el “robo del voto popular” por parte de los grupos de poder.