
Los movimientos independentistas en Haití comenzaron en 1790 combinados con insurrecciones de esclavos y levantamientos de mulatos que se hacían eco de la revolución francesa victoriosa un año antes en la metrópoli. El acoso de las monarquías europeas a la revolución triunfante en París fue replicado en las colonias, territorios ansiados por las casas reinantes del Viejo Continente.