Explicar el descenso del sistema de Estados europeo a la barbarie de la guerra por primera vez desde el bombardeo de Belgrado por la OTAN en 1999 precisa de algo más que de un psiquiatra lego.
Categoría: Europa
Una suerte que no haya premio Nobel para la estupidez humana porque resultaría imposible adjudicarlo de tan abundantes candidatos que habría, empezando por los gobernantes europeos.
La guerra en Ucrania pone en discusión, en el complejo mundo que nos toca, la posible extensión de la OTAN, el rol de Europa con Alemania a la cabeza, y la disputa de Occidente con Rusia.
Finalizada la Guerra Fría, los rusos veían su futuro en el marco de una Europa reconciliada y dotada de mecanismos de seguridad comunes. Al extender la Alianza Atlántica hasta sus propias puertas, a pesar de los acuerdos alcanzados, los propios occidentales sentaron las bases de la reacción nacionalista impulsada por Vladimir Putin.
El 28 de febrero de 1986, a las 23:21 horas, el primer ministro sueco socialdemócrata, Olof Palme, fue alcanzado por una bala en pleno centro de Estocolmo.
Realizada poco antes de la invasión rusa a Ucrania, esta entrevista (publicada en el diario esloveno Dnevnik y reproducida en francés en la revista Inprecor) ofrece una perspectiva sumamente esclarecedora sobre los nexos profundos entre el proyecto político global de Vladimir Putin y la agresión militar a la vecina Ucrania.