
Cuando los militares ucranianos lanzan ataques contra la central nuclear de Zaporiyia, que podría causar una catástrofe peor que la de Chernobil en 1986, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell declara en entrevista con el diario español El País, que «La ciudadanía de Europa tiene que estar dispuesta a pagar un precio para mantener el apoyo a Ucrania y a la unidad de la UE».