
La provincia cuenta con una ley de promoción que aún no fue reglamentada. Pese a la falta de apoyo estatal, las familias productoras pampeanas avanzan en la transición a un modelo amigable con la salud, con el ambiente y con lógicas organizativas más horizontales. “Es posible y necesaria la transformación, porque es mejor para la salud, la producción y la economía», sostienen.