
Brasil ya no es aquel que inauguró en 1964 una serie de golpes militares encadenados, el país donde nació el Plan Cóndor con apoyo de Estados Unidos. Hoy lo gobierna Lula, un presidente democrático y elegido tres veces por su pueblo que irá por un cuarto mandato en 2026. Lo que no se modificó es la política injerencista de EE.UU. Sigue inalterable como en el caso de las sanciones contra su juez más prestigioso, Alexandre de Moraes.