
Gran parte de los partidos comunistas a lo largo del mundo acaban por asimilar las orientaciones revisionistas provenientes de la Unión Soviética. De modo similar a lo ocurrido entre el Partido Comunista Soviético y el Partido Comunista Chino, los sectores anti-revisionistas de diversos países acaban rompiendo con sus respectivos partidos de origen. Al calor de dicho proceso, una escisión maoísta del falso Partido Comunista de Chile, quiebra y en 1966 nace el Partido Comunista Revolucionario (PCR).