Se han sucedido múltiples reacciones frente al triunfo de Javier Milei en las elecciones en Argentina. En varias predominan abordajes enfocados en el individuo, en el personaje político, como si actuara en solitario, o se lo compara con Jair Bolsonaro para confirmar una avalancha de una nueva derecha, o aún de forma más simplista, se entretienen en calificarlo como loco. Al contrario de esos abordajes, muchos de ellos apresurados, se pueden compartir otras reflexiones que, con más calma, exploren otros aspectos.