Oscar Rotundo | 

En el año 2020, para estos días, parecía que el golpe de estado en Bolivia se consolidaba y que la historia volvía sin remedio a las catacumbas. El horror ganaba las calles y las instituciones veían a los buitres, construir los nidos para la rapiña y el saqueo de las arcas y los recursos obtenidos con aciertos en lo económico y en lo político durante catorce años.

La política de Barack Obama hacia Cuba se desplomó porque se basaba sólo en la voluntad presidencial y un nuevo gobierno en Estados Unidos pudo desmantelarla fácilmente, dice un informe sobre el futuro de esa relación.

Fernando de la Cuadra | 

Se cumplieron 2 años desde que el ex capitán asumió la presidencia de Brasil, en los cuales se puede constatar no solo el carácter siniestro del des(gobierno) como la compulsiva tendencia a aliarse con la crueldad y la muerte de los brasileños. Sólo de esta manera puede ser interpretada la desidia con que el ejecutivo ha asumido su combate a la pandemia que asola al mundo, ahora a través de una lentitud criminal para implementar el proceso de vacunación de los habitantes de este país.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, comenzó su tercer año en el poder con la suma hoy de 57 solicitudes de destitución en la Cámara de Diputados e innumerables desafíos en los sectores sanitario, político, económico y social.

Corren los primeros días de enero y los mensajes de salutación y buenos deseos para el año que comienza continúan llegando. A nadie sorprende ya una frase que se repite: por fin se fue el 2020, seguramente el 2021 será mejor.

Entrevista a Kathya Araujo

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A propósito del libro Las Calles. Un estudio sobre Santiago de Chile (Lom ediciones, 2020). A comienzos de octubre del año recién pasado, al tiempo que las restricciones de movimiento implementadas tras la pandemia comenzaban a cejar y nuevas protestas se tomaban las calles de Santiago conmemorando el año del “estallido social”, Lom ediciones publicaba […]

A diferencia de las tasas de cambio, precios, tarifas, subsidios y escalas salariales que pueden ser “fijadas” administrativamente, aunque no necesariamente con éxito, hay una variable clave de cualquier reforma económica que no funciona por decreto: la productividad.